VIGILIA EN HONOR A SAN PASCUAL BAYLON
Monasterio Santa Ana,JUMILLA
A las 9 de la noche comenzó la Procesión de Banderas ya concentradas en el atrio del Monasterio:
las Banderas de Abarán, Santiago de la Ribera, Archena, Monteagudo, Blanca, Cieza Turno de San Joaquín, Cieza Turno de la Asunción, Cartagena, Murcia HH Justinianas, Churra y la anfitriona y acogedora Sección de Jumilla, así como una representación de la Diócesis hermana de Orihuela con la Bandera de Onil y como no, la Bandera del Consejo Diocesano de Cartagena.
Con la Oración inicial por el Director Espiritual de la Sección de Jumiila D. Valeriano Martínez Alcaraz dió comienzo la Procesión de Banderas seguida del rezo de Víperas y la Santa Misa.
En la Homilía, el Rvdo. D. Valeriano recordó, entre otras cosas, que :
"Lo fundamental en un adorador nocturno, como todo cristiano,
es que tiene que dejarse envolver por el Espíritu Santo, como la oración diaria,
la adoración al Santísimo cuando toque la vigilias y, siempre que tenga
oportunidad, tiene que estar envuelto en el Espíritu Santo con el sacramento e
la confesión; tiene que ir a confesar con frecuencia y confesando con
frecuencia, recibir al Señor en el corazón con un ala de gracia, con un alma
limpia.
Si no, no será real realidad eso tan hermoso de la Adoración Nocturna, adoradores de noche y testigos de nada. El Señor está deseando dárnoslo todo pero tenemos que fiarnos de Él y tenemos que abrirle de verdad de par en par las puertas de nuestro corazón, sí, abrirle de verdad de par en par las puertas de nuestro corazón porque en nuestro mundo hay mucha fealdad y necesita belleza, la belleza de Cristo. Y en nuestro mundo hay mucha tristeza que necesita de alegría, la alegría de Cristo, empezando por nosotros, disfrutando en nuestro corazón y en nuestra vida de la belleza de Cristo y después contagiarte y contagiarlo a los demás".
Con el rezo del Magníficat tras la Comunión le siguió la Exposición del Santísimo y Procesión Eucarística hasta la Ermita del Venerable Padre Mancebón, que se
construyó en su honor en el sitio en donde en 1650 tuvo la aparición
de la Virgen María con Jesús infante frente al mencionado Padre diez años
antes de su muerte.Si no, no será real realidad eso tan hermoso de la Adoración Nocturna, adoradores de noche y testigos de nada. El Señor está deseando dárnoslo todo pero tenemos que fiarnos de Él y tenemos que abrirle de verdad de par en par las puertas de nuestro corazón, sí, abrirle de verdad de par en par las puertas de nuestro corazón porque en nuestro mundo hay mucha fealdad y necesita belleza, la belleza de Cristo. Y en nuestro mundo hay mucha tristeza que necesita de alegría, la alegría de Cristo, empezando por nosotros, disfrutando en nuestro corazón y en nuestra vida de la belleza de Cristo y después contagiarte y contagiarlo a los demás".
Al regreso al Templo se continuó con la Vigilia, oración personal y rezo de Completas,y con un saludo del presidente de la Sección de Jumilla, D. Juan Calabuig que agradeció a todos los adoradores su presencia y a los hermanos franciscanos por acogernos en este bendito lugar
y dando paso al padre Guardián del Convento, fray D. Francisco Oliver, que con una reseña del santo patrón , san Pascual Baylón, dijo que estuvo en este convento desde 1585 hasta 1589, dejando una huella de santidad y olor a buenas obras que han pasado a lo largo de la historia y hoy por hoy le seguimos recordando.
Dijo también que además de la celda donde estuvo San Pascual, en el Huerto (que antes era montaña) se conserva una Ermita dedicada a la Natividad del Señor en Belén y que, según las crónicas para el proceso de su beatificación, allí tuvo el santo la aparición de san José, la Virgen y el Niño. y añadió que a imitación de San Pascual todos estamos llamados a la santidad con la oración, y que, con ésta y nuestra presencia en el Monasterio, enriquecemos este lugar.
Dijo también que además de la celda donde estuvo San Pascual, en el Huerto (que antes era montaña) se conserva una Ermita dedicada a la Natividad del Señor en Belén y que, según las crónicas para el proceso de su beatificación, allí tuvo el santo la aparición de san José, la Virgen y el Niño. y añadió que a imitación de San Pascual todos estamos llamados a la santidad con la oración, y que, con ésta y nuestra presencia en el Monasterio, enriquecemos este lugar.
Finalizando los actos con un ágape fraterno.
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